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Manual del Perfecto Gay - Fanfiction Harry Potter
Perlita loves Quino's work
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PerlaNegra - Harry Potter Slash Fanfiction

Magic Works

Capítulo 5

Quidditch

 

 

En cuanto Tom despertó, ya estaba de buen humor. Se levantó rápidamente y dejó su tibio lecho para tomar su ducha diaria. El frío de la madrugada ocasionó que la piel se le pusiera de gallina; pues a pesar de ser primavera, el clima continuaba estando helado.

 

Mientras se reconfortaba bajo el chorro ardiente, sonrió pensando en lo mucho que se había divertido en los últimos días. Dan y él habían estado filmando las escenas en las cuales supuestamente volaban en escobas compitiendo por coger la snitch, y aunque cualquier toma siempre le resultaba atrayente y le representaba un reto a vencer, filmar a solas junto con Dan era extremadamente gratificante.

 

El chico era divertido, de eso no cabía duda. Estar junto a él era una sesión de risas y sonrisas garantizadas y eso no sólo incluía a Tom, sino a todo el equipo de filmación que les rodeaba. Estar en aquellas escobas de plástico sostenidas de un mecanismo y rodeados completamente de ese horripilante color azul usado para colocar posteriormente los montajes y efectos especiales, se volvía toda una experiencia gracias al buen humor del chico que actuaba a su lado.

 

La situación de la escena, que se suponía estaba llena de tensión y drama, se volvía cómica al punto de las carcajadas cuando en esos empujones que Draco le daba a Harry para tirarlo de la escoba, Dan reaccionaba empujándolo también o soltándole un pellizco. Cosas que no estaban en el guión, pero que relajaban a todos aún cuando Chris tenía que suspirar hondamente y pedirles a los chicos que ya se comportaran.

 

Ahora Tom podía entender porqué Dan y Rupert parecían haberse vuelto tan amigos después de haber pasado semanas y semanas filmando a bordo del Ford Anglia. No era que Tom se hubiese puesto celoso de su amistad (en realidad, él veía a Dan más que, como un amigo, sólo como un querido compañero de equipo), pero en el fondo se congratulaba de tener más de un par de escenas donde tenían que filmar sólo los dos.

 

Después del desayuno y del par de horas de rigor que empleaba en vestirse y en dejarse peinar y arreglar por las chicas de maquillaje, Tom estaba listo para comenzar. Entró al plató inundando de azul eléctrico y después de parpadear un par de veces para ajustarse, dejó que los chicos de utilería le colocaran encima sus implementos del uniforme de quidditch.

 

A Tom le hacía mucha gracia todo eso. Siendo un chico amante de los deportes, casi juraba sentir la adrenalina recorrerle el torrente sanguíneo como si estuviera a punto de iniciar un importante partido.

 

Echó un vistazo alrededor y no vio a Dan por ningún lado. Meneando la cabeza, estuvo seguro que se había retrasado por ser un charlatán incorregible. Tom había visto en más de una ocasión como las chicas de maquillaje lo tenían que sacar a empujones de la sala porque simplemente no paraba de hablar.

 

Hablando del rey de Roma… En ese momento justo llegó Dan, sonriendo de oreja a oreja como siempre. Detrás de él, venían un par de jóvenes, reporteros tal vez. Uno de ellos con una cámara encendida, filmando a Dan a cada paso que daba y cada palabra que decía.

 

Tom sonrió condescendiente. Seguramente eran parte del staff encargado de las entrevistas y esos “detrás de las cámaras” tan famosos y que a la gente le gustaban tanto.

 

Dan se sentó mientras un asistente le ponía sus protecciones para jugar quidditch, y el camarógrafo lo siguió sin chistar. Tom, aburrido ya de esperar, se acercó discretamente por atrás.

 

Apoyó una mano en el respaldo de la silla de Dan y saludó cortésmente. El camarógrafo se movió un poco hacia atrás para darle lugar a Tom de salir en la toma y éste se arrepintió de no haberse sacado antes la goma de mascar que traía en la boca.

 

—Hola Tom —saludó el chico de la cámara.

 

Tom le devolvió el saludo con un arqueamiento de cejas y una enorme sonrisa. Dan miró sobre su hombro y también le sonrió.

 

—Llegas tarde —le dijo Tom dándole un suave golpe en el hombro.

 

Dan sólo sonrió más y no dijo nada.

 

—¿Ustedes también se odian en la vida real, como sus personajes Harry y Draco? —preguntó el camarógrafo.

 

Dan no respondió de inmediato. Sólo continuó sonriendo mientras el asistente le colocaba uno de los guantes. Bajó la mirada, como dándole a Tom la oportunidad de responder.

 

Contagiado de la alegría del chico, Tom tomó la palabra.

 

—Dan y yo no somos enemigos —dijo sonriendo ampliamente y haciendo señas entre ellos dos. Pensó en lo mucho que se divertían juntos y juró que nada podía ser más cierto—. En realidad, nos amamos el uno al otro.

 

Uuuuups.

 

¿Qué diablos era lo que acaba de decir? Tom se quedó enmudecido, intentando no sonrojarse y masticando su goma más fieramente. La mano con la que había estado gesticulando entre ellos dos se posó en su cadera y su mirada se concentró en Dan, esperando por su reacción.

 

Dan, que no había perdido su sonrisa, pareció quedarse muy pensativo. Y después de un segundo, dijo con esa voz tan ronca y profunda que tenía para tratarse de un chico de su edad:

 

—Sí.

 

—Sí —repitió Tom, quien quería que la tierra se lo tragara.

 

¿Sí?

 

¡Piensa en algo gracioso, demonios, o al menos en una excusa para salir de aquí! Pero no se le venía nada a la mente.

 

Repentinamente, Dan levantó de nuevo su mirada hacia la cámara, y sin dejar de sonreír, comenzó a decir algo que Tom sabía, era la retirada perfecta para el abochornante momento que él había creado para los dos.

 

—Tengo unas fotos polaroid que puedo mostrarte —le dijo en voz alta al chico de la cámara—, donde sale Tom…

 

Tom, que ya sabía a qué fotos se refería Dan, intentó callarlo.

 

—Cállate —le dijo en voz baja y levantando una mano para enfatizar su punto. Extremadamente nervioso por su metedura de pata, intentó coger las manos que Dan había levantado para explicarle al camarógrafo de lo que se trataba—. ¡Cállate!

 

Dan lo esquivó, y como era su sana costumbre, no pudo quedarse callado. Continuó diciendo:

 

—… con todo el pelo de la cabeza parado así como de punta.

 

Tom, rindiéndose, se alejó de ahí antes de que Dan pudiera terminar. Sabía que el niño en realidad no le mostraría las fotos a nadie, pero esa había sido la coartada perfecta para salir volando del sitio.

 

Avergonzado, esperó por Dan en el centro del plató junto a donde sus escobas estaban erguidas y sostenidas por sus mecanismos. De pronto recordó que había tenido una goma de mascar en la boca, pero entonces se dio cuenta que ya no la traía más. Debía habérsela tragado.

 

~

 

En un par de minutos, Dan llegó hasta él y, como sin nada, se montó en su escoba y el director comenzó a gritarles órdenes. Encendieron los potentes ventiladores que se encargaban de darles el efecto de desplazamiento y velocidad (y que despeinaban la larga melena de Dan y no así la engominada de Tom), y la toma comenzó.

 

Las bromas y los regaños no tardaron en llegar y pronto, Tom se olvidó por completo del incidente de la cámara.

 

~

 

Pero Dan no.

 

No bien se habían bajado de las escobas un par de horas después, Dan se acercó a Tom y lo codeó fuertemente.

 

—¿Así que nos amamos el uno al otro, eh? —le preguntó con una enorme sonrisa.

 

Tom se rió, intentando no sonrojarse.

 

—Bueno… tú sabes lo que quise decir. Es para que la gente sepa que en realidad somos amigos y tú no eres Harry y yo no soy Draco.

 

—Es lo bueno, ¿no? —agregó Dan mirándolo fijamente.

 

—¿Qué?

 

—Digo, que es bueno que no seamos ellos y que podamos ser amigos.

 

Tom meneó la cabeza y se rió. Ese chico era tan sentimental que causaba gracia.

 

—Sí, supongo.

 

—Bien —fue todo lo que dijo Dan antes de salir corriendo del plató.

 

Tom lo miró irse, sintiéndose aliviado y mortificado a partes iguales. Después de todo, ¿aquello había sido una tontería o en realidad... un desliz freudiano? ¿De ésas cosas que te brotan sin querer porque tu subconsciente así lo cree?

 

Dando un manotazo al aire, se propuso olvidarse de semejante tontería. Después de todo, ¿a quién le importaría que él hubiera dicho eso? No era como si fueran a poner el vídeo en Internet o algo así.

 

Salió del plató sintiéndose inexplicablemente feliz.

 

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Notas finales:

Este oneshot está basado en este famoso video ^^ Sí, pobre Tom! xD